Tuesday, October 11, 2005

zoo

Básicamente, la vida es un rinoceronte. Con un sombrero mejicano. Como de mariachi.

Hace unos días (como en érase una vez...) volvíamos con L del super, caminando por Honduras. Estabamos por llegar al videoclub, cuando me llamó la atención un cartel que pusieron sobre la entrada, donde se ve claramente a un animal corpulento, sentado. Intrigado por la naturaleza de este animal, le pregunto a L: es un elefante, o un hipopótamo? L, sin mirar hacia arriba, sin mirarme, impasible, me responde a mí (diseñador gráfico): es un rinoceronte. Es entonces cuando levanto un poco más la vista hasta ese punto que le da sentido a todo el cartel (¿punto de tensión?). Un cuerno, uno solo, que nace en algún lugar de la cara del animal, agujereando el sombrero que le cubre la misma, se asoma casi en el centro del afiche. Un pequeño bochorno doméstico del montón.
Ayer a la noche, volvíamos del cine, caminando por Honduras. Estábamos por llegar al videoclub, cuando me llamó la atención un cartel que pusieron sobre la entrada... me pongo serio y le pregunto a L: es un elefante, o un hipopótamo? L, sin mirar hacia arriba, sin mirarme, impasible, me responde: Es una mezcla de los dos, un híbrido. Ah, le dije yo, eso pensé. Y seguimos caminando en silencio hasta casa.

Esa noche, a mitad de la noche, en la cama, iluminado, le digo a L (con el tono de voz que uno emplea para comunicar grades hallazgos): Yo soy Wallace, y vos sos Gromit! Te das cuenta? No obtengo ninguna respuesta, así que me acerco un poco más, y le susurro: ¿Estás dormido? Y sin abrir los ojos, impasible, me responde: Sí.