Aprovecho que me duele la garganta y me preparo un té de jengibre, menta y miel.
Y mientras lo tomo recuerdo que mi planta de menta la traje del sur. Nos habíamos ido de mochileros hace unos años, y el último día agarramos una plantita de menta silvestre -en algún lugar cerca del Huechulafquen- que nos acompañó todo el viaje de vuelta a casa.
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