toco

No me gustan los tags. Me fastidia la idea de poner etiquetas. Prefiero siempre las montañas de cosas, las pilas. Y en todo caso que el criterio que colecciona se esconda detrás, se borre, se desdibuje. Que la pila de cosas sea una adivinanza. Pero que a esas cosas ya no se las pueda imaginar por separado, aunque no se entienda qué curioso ánimo las encontró. Un mercado de pulgas.
Tengo una máxima: lindo + lindo = lindo. Con esa consigna colecciono y amontono. Todo. Mis medias, mis libros, mi alacena, mis fotos, mis planes, las palabras, las canciones, lo que me pongo, lo que guardo, lo que cuido.

Así las cosas, sí podría inventar un montón de etiquetas, pero sólo para después amontonarlas. Una podría ser "lugares lindos para comer cosas ricas". Entonces hablaría de Almacén Secreto*, donde acabo de almorzar con M. En Aguirre y la vía. Caminar paseando para ir y para volver, por las veredas de sol, a la hora de la siesta.



(L) Kat Edmonson.

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