Ayer fuimos con L (mi marido) a ver a Tato Pavlovsky en el ccc.
L había conseguido entradas porque su mejor amiga (que btw vive en madrid)
es amiga de Tato... así que teníamos que ir. La obra bastante bien, aunque a
mi el teatro de ideas no me gusta mucho, el viejo está bárbaro. Susy Evans
adorable. Odiando a L porque me había asegurado que el texto de la obra no
duraba más de cinco páginas, y leyendo el programita nos enteramos que "cada
obra es distinta porque se trata principalmente de improvisaciones". Maldito
teatro vivo. Yo además furioso porque en mis últimas experiencias con Tato
en escena, no le había entendido una sola palabra. Pero ya no habia
escapatoria.
Y yo muerto de hambre me acordé que L tenía un paquete de dorins. Se lo pido
en el medio de la obra y compulsivamente me llevo tres corazoncitos a la
boca. Me atraganto (??) y empiezo a tocer descontroladamente. Patético.
Obviamente fuimos caminando hasta Cumaná a cenar... Ni siquiera preguntamos
la demora, había como veinte personas esperando en la vereda.