Saturday, October 01, 2005

talkshow

willito por willito*

SY - No parás de robar...
Y - (risas) Eso es falso. En todo caso es un homenaje, o una cita. Además hace tiempo me dí cuenta de que me pasaba con Roland Barthes algo que con ningún otro escritor... Y me lo expliqué de esta forma: Todos los otros me conmovieron, a veces infinitamente, pero de él me enamoré. A sabiendas de que la persona detrás de sus textos no era quien yo había inventado, pero convencido de que era un invento fabuloso, me enamoré de él. Y en relación al supuesto plagio, no hay debate posible, no conmigo. A saber: el contexto es un atributo o una parte de las cosas que las hace ser lo que son, al mismo nivel que cualquiera de sus otras partes; cambiar el contexto genera una cosa nueva, completamente original y única. Descontextualizar no existe, no existen cosas sin contexto. Entonces ese ejercicio es la creación pura. Y si además el contexto incluye un factor temporal, básicamente todo es nuevo y original, todo el tiempo. Works for me. Es como ir por la vida con unas tijeras, recortando eso que parece pertinente y pegándolo en otro lugar, formas, palabras, gestos... Todo ya existía a priori, se trata de encontrar ese elemento que encaja perfecto en el momento justo. Y como se necesita de mucha sensibilidad y lucidez para encontrar la combinación exacta, o alguna que conmueva, me parece una empresa muy respetable. Y por eso ser curioso es más que una necesidad, es una obligación. La premisa más perversa sería creer que la ignorancia nos vuelve impunes. Es una fantasía, pero si todos nos pusiesemos de acuerdo en aceptar que todos sabemos todo, o que ya lo hemos visto todo, estaríamos obligados a dirigir la mirada a eso que por definición es original en las cosas: que estén ahí en este preciso instante, porque lo único que no habiamos visto nunca hasta ahora era este preciso instante. Entonces crear es sencillamente poner algo donde antes no estaba, y si esta nueva combinación dispara algún sentido poético, es la felicidad. Pienso esto porque a eso me dedico, mi trabajo es ser conciente de este fenómeno, porque inveto cosas que van a estar en el paisaje de otros, en muchos instantes, que me interesa que por lo valiosamente irrepetibles, sean un poco más simpáticos.
SY - Como un blog lleno de flores... que cursi.
Y - Soy terriblemente cursi, qué más puedo decir. Me acordé de algo: cuando era chico ví un episodio de esos "cuentos asombrosos" o "la dimensión desconocida", alguno del género, donde lo que pasaba era que inventaban un mundo donde unos señores de azul, todos azules, eran los encargados de armar las puestas en escena para los momentos de la gente común. Y el final era el momento en que ese nuevo escenario, era recorrido por la gente que se suponía que iba a pasar por ahí en ese momento, completamente inocentes de que todo había sido pueso allí por estos señores azules, y que como no todo siempre puede salir de acuerdo al plan, habían dejado olvidada una llaveajustatuercas, azul. Recuerdo la expresión en la cara de la persona, el ingenuo transeunte que pasa y la encuentra, y se me pone la piel de gallina. ¿Podía pasarle algo más poético a esa persona que encontrarse ese objeto, tal vez el primero en la lista de objetos poco poéticos, en ese momento y en ese lugar?
SY - Y yo entonces te tendría que preguntar ahora: ¿Qué estoy haciendo acá? Me aburrís.
Y- (risas) Te puse para repetir una dinámica que persigue. No sé como piensa el resto de la gente. Yo hablo. Todo el tiempo, en mi cabeza. En un largo monólogo que empezó desde que tengo memoria. Me invento interlocutores, desde ya. Muchas veces gente que conozco. Lucas se rie de mi, porque es muy común que vayamos caminando por la calle, en silencio, y yo de pronto haga un gesto con las manos. Porque él felizmente no me escucha, pero yo siempre le estoy hablando a alguien, y a veces cuando mi discurso alcanza su climax dramático hago el gesto que haría si estuviese hablando en voz alta. Cuando era más chico me atormentaba la certeza de que ese sutil pero preciso manejo de la retórica que alcanzaba cuando estaba solo (sic), nunca se repetía en mis diálogos con otros; siempre me quedaba por decir eso que era lo único que en realidad tenía que ser dicho. Cada vez me pasa menos, cada vez tengo menos trabas. Pero como sigo pensando de la misma forma, hablando, ahora me entretengo diciéndole a mi invitado de turno, las cosas más absurdas. Hoy te puse a vos.
SY - Sos muy estúpido.
Y - Matate.

*Mi libro preferido de Roland Barthes es "Roland Barthes por Roland Barthes"