Friday, December 30, 2005
paseo
Hojenado la última Neo2, encontré no sólo lo que podría ser el mejor autorretrato que ví alguna vez jamás, sino una de las imágenes más inquietantes en mucho tiempo. La foto es de Rankin.
Traté de explicar esto varias veces, pero básicamente contar un sueño es engorroso, porque si hay categorías de experiencias intransferibles, esta es de las que no hay con qué (y además escuchar relatos de sueños ajenos puede ser un fastidio, tal vez por la misma razón). Pero este sueño fue distinto a todos los otros. Y fué hace mucho. Y no tenía imágenes, o yo no las recuerdo. Pero en los sueños nunca hace falta la escena cero, porque desde el principio entendés qué está pasando. Y lo recuerdo perfecto. Yo estaba teniendo sexo conmigo mismo. Pero no con alguien que se parecía mucho a mí, de hecho yo soñaba que tenía los ojos cerrados. Yo sencillamente sabía que era yo, porque en el sueño era las dos conciencias al mismo tiempo. Era sensible en dos cuerpos a la vez. Era sentir que tocaba y que era tocado al mismo tiempo. Y tal vez no es más que la más grotesca de las fantasías masturbatorias, pero tan imposible o impensable, y tan total, y tan realmente así, y tan juraría que por un momento podía sentir dos cuerpos a la vez, de verdad, y solamente eso, que sigue siendo una de las experiencias más fabulosas de mi vida, aunque no encuentre una categoría posible donde acomodarla, o probablemente por eso.
Tendrían que existir, así como hay paseadores de perros, paseadores de Converse. Que dejen cartelitos en los postes de luz: Rodrigo (por poner un nombre), paseador de zapatillas, calzo 41. Y lo llamás y pasa por tu casa y se pone tus Converse nuevas blancas (odiosamente blancas), y sale a pasear, se tira a leer en la plaza, juega un fulbito, pasea su perro, y cuando te las devuelve y evaluás que hizo su trabajo, le pagás, y salís a la calle con tus zapatillas perfectas. Eso pensaba hoy.
Thursday, December 29, 2005
Tuesday, December 27, 2005
tatenguita
Crecer es, en mi caso, divertirme como si tuviese seis años.
Y claro, basta escribir eso para que el random me dispare con un tema de la banda de sonido de Garden State, y todas las cosas...
Y claro, vino Sophie Ellis Bextor al rescate, Take Me Home, muy apropiado, sigo:
Fué como una película viajar a Santa Fe, de esas en las que un personaje (imaginemos un niño) pide un deseo, y atraviesa sin saberlo el umbral, y se despierta al día siguiente y tiene 25 años*, y una vida grandiosa, y hace lo que le gusta, y aparece un novio que parece un tipo muy interesante, que dice que me cuide, que lo llame, que me va a extrañar, que parece capaz de tomarme en serio (o no tomarme en serio en absoluto, que para el caso sería lo mismo, especialmente si tenés seis años), y aparece mi viejo, musculosa y bermudas y ojotas, y mientras esperamos a mi hermana me cuenta indignado que la vinería de Lacroze y Zapata no tiene delivery, y aparece mi hermana y caigo en la cuenta: los tres pedimos el mismo deseo. Los tres atravesamos el mismo umbral. Y pase lo que pase no tengo que decir nada. Y digo que llevo la cámara, y que armé unos compilados para la ruta (tema uno: George Harrison I´ve Got My Mind Set On You, porque sí, mi hermana mi viejo y yo volvíamos de la pileta en Santa Fe escuchando ese tema a todo volumen cantando los tres; sólo que ahora es mejor, porque tengo mi camara digital, soy un nene grande, y el baúl está lleno de brut nature). No estaba viajando a Santa Fe a poner las cosas en crisis, a provocar, a ser un espejo de la acotada y asfixiante concepción general del mundo de la familia de mi viejo... eso es muy noventas. Estaba viajando a ser guillermito. Igual que mi viejo. Igual que mi hermana. Estaba viajando a ser terriblemente inocente, y terriblemente curioso, y terriblemente feliz, como un nene de seis años. ¿Cómo no voy a sucumbir en un espacio donde todos ven a guillermito, donde voy a ser guillermito para siempre?
El pecebre en el hogar, en una foto muy menina, y muy fuera de foco.
*Era un nene de seis que se despertó y tenía veinticinco, no un nene de veinticinco que se despertó y tenía seis. No es lo mismo.
Y claro, basta escribir eso para que el random me dispare con un tema de la banda de sonido de Garden State, y todas las cosas...
Y claro, vino Sophie Ellis Bextor al rescate, Take Me Home, muy apropiado, sigo:
Fué como una película viajar a Santa Fe, de esas en las que un personaje (imaginemos un niño) pide un deseo, y atraviesa sin saberlo el umbral, y se despierta al día siguiente y tiene 25 años*, y una vida grandiosa, y hace lo que le gusta, y aparece un novio que parece un tipo muy interesante, que dice que me cuide, que lo llame, que me va a extrañar, que parece capaz de tomarme en serio (o no tomarme en serio en absoluto, que para el caso sería lo mismo, especialmente si tenés seis años), y aparece mi viejo, musculosa y bermudas y ojotas, y mientras esperamos a mi hermana me cuenta indignado que la vinería de Lacroze y Zapata no tiene delivery, y aparece mi hermana y caigo en la cuenta: los tres pedimos el mismo deseo. Los tres atravesamos el mismo umbral. Y pase lo que pase no tengo que decir nada. Y digo que llevo la cámara, y que armé unos compilados para la ruta (tema uno: George Harrison I´ve Got My Mind Set On You, porque sí, mi hermana mi viejo y yo volvíamos de la pileta en Santa Fe escuchando ese tema a todo volumen cantando los tres; sólo que ahora es mejor, porque tengo mi camara digital, soy un nene grande, y el baúl está lleno de brut nature). No estaba viajando a Santa Fe a poner las cosas en crisis, a provocar, a ser un espejo de la acotada y asfixiante concepción general del mundo de la familia de mi viejo... eso es muy noventas. Estaba viajando a ser guillermito. Igual que mi viejo. Igual que mi hermana. Estaba viajando a ser terriblemente inocente, y terriblemente curioso, y terriblemente feliz, como un nene de seis años. ¿Cómo no voy a sucumbir en un espacio donde todos ven a guillermito, donde voy a ser guillermito para siempre?
El pecebre en el hogar, en una foto muy menina, y muy fuera de foco.
*Era un nene de seis que se despertó y tenía veinticinco, no un nene de veinticinco que se despertó y tenía seis. No es lo mismo.
Tuesday, December 20, 2005
sunset
Y yo también tuve mi cenashowfiesta de findeaño. Y sería una de esas noches llenas de clichés demasiado obvios como para hacer de eso otro relato del tipo viaje-a-la-penumbra (especialmente porque ya hay mucha literatura sobre el tema, bloguerilmente hablando; y mucha muy buena). No faltó nada, como era de esperarse: mesas muy largas muy sindicales, banda en vivo haciendo covers de hits latinos, travestitransformistapatovica que se agarraba el bulto, strippers, todas ellas Portsaid, todos ellos camisita OldBridge. Yo fui con mi remera celeste esa con la cara de Michael Fox estampada en magenta y amarillo patito que dice sweetheart (pum para arriba). Y aunque hace tiempo que me aburre cuestionar estas cosas, porque no da tener una crisis de identidad en un espacio que tan claramente nada tiene que ver conmigo, tuve la suerte de escuchar la mejor definición posible de la única fórmula válida para estar ahí, y abrazarlo todo. A little piece of wisdom, en el momento justo: Mi compañera C le dijo a mi compañera E (que definitivamente no la estaba pasando nada bien) DALE! DEJATE COJER POR ESTA ESTÉTICA!
Y después de eso mi recuerdo se vuelve nebuloso... Pero podría jurar que pedía (completamente borracho) por favor que pasen Miranda (!), y que llegué a decir cosas como: El primer disco de Miranda es como La Ciénaga, y el segundo es como La Niña Santa; el primero es una obra de arte, el segundo no (!?).
Rolando diría: Pensamiento que se me escapa, y yo lo quería escribir; escribo, en cambio, que se me escapó... Bueno, quería hacer una tarjeta en pdf para colgar acá, con algún mensaje pertinente a estas fechas. Tenía la idea y todo, a saber: iba a escanear un montón de fruta abrillantada, que muy prolijamente yo mismo iba a sacar de una porción de pan dulce, y en illustrator le iba a dibujar a cada una un gesto que sea el mayor desamparo posible, un golpe así bien bajo. Y alguna frase como las de las campañas en los ochentas para no abandonar a tu perrito en la ruta (boby mi buen amigo). Hay muchos prejuicios alrededor de la fruta abrillantada, todos infundados.
Roto es radical, y defiende el consumo indiscriminado de fruta abrillantada. Y el uso (con precaución y la compañía de mayores autorizados) de estrellitas y chasquibum. Y se compadece de todos aquellos que, como yo, pasaron tres horas de sus vidas deseando desesperadamente que ese mono gigante se muera de una vez por todas (si no podés contar la historia que querés contar en menos de dos horas, hay algo que no está funcionando Peter).
Y después de eso mi recuerdo se vuelve nebuloso... Pero podría jurar que pedía (completamente borracho) por favor que pasen Miranda (!), y que llegué a decir cosas como: El primer disco de Miranda es como La Ciénaga, y el segundo es como La Niña Santa; el primero es una obra de arte, el segundo no (!?).
Rolando diría: Pensamiento que se me escapa, y yo lo quería escribir; escribo, en cambio, que se me escapó... Bueno, quería hacer una tarjeta en pdf para colgar acá, con algún mensaje pertinente a estas fechas. Tenía la idea y todo, a saber: iba a escanear un montón de fruta abrillantada, que muy prolijamente yo mismo iba a sacar de una porción de pan dulce, y en illustrator le iba a dibujar a cada una un gesto que sea el mayor desamparo posible, un golpe así bien bajo. Y alguna frase como las de las campañas en los ochentas para no abandonar a tu perrito en la ruta (boby mi buen amigo). Hay muchos prejuicios alrededor de la fruta abrillantada, todos infundados.
Roto es radical, y defiende el consumo indiscriminado de fruta abrillantada. Y el uso (con precaución y la compañía de mayores autorizados) de estrellitas y chasquibum. Y se compadece de todos aquellos que, como yo, pasaron tres horas de sus vidas deseando desesperadamente que ese mono gigante se muera de una vez por todas (si no podés contar la historia que querés contar en menos de dos horas, hay algo que no está funcionando Peter).
Sunday, December 11, 2005
lovely 2 c u
Cos you're my Number 1
I'm like a dog to get you
Lejos, una de las canciones más lindas de este año. De Goldfrapp, uno de los hallazgos de este año (gracias PM, gracias). Adictiva. Para sucumbir.
Y dijo Pitchfork del último disco: the prime-time flagship of glammy electroid dancefloor pop, curiously expensive-sounding and accessible to all, but strangely stripped of the functionalism of the dance record and the full thrills of pop.
Para envolver en papel de relago y dejar abajo del arbolito.
(No sé qué dice la ley argentina sobre estas cosas, pero hace un tiempo, cuando instalaba un programa para bajar música, actividad más que gratificante, apareció un disclaimer que explicaba por qué tenía sentido que exista ese programa, por qué no violaba ninguna ley sino que por el contrario, brindaba un servicio útil y necesario. Decía que la ley contempla la posibilidad, y el derecho, de los consumidores de música, de hacerse copias de seguridad de los discos, no sea cosa que... Entonces este programa, igual que todos los otros, igual que el hecho de que circule música por internet para poder bajarla, ayuda a los consumidores a poder bajar copias de seguridad de la música que tienen en sus discotecas, sin necesidad del engorroso trámite de tener que ponerse a copiar discos, cambiarlos de formato y demás burocracia. ¿Para qué voy a perder tiempo haciendo eso, si otra persona en algún lugar del mundo ya se tomó ese trabajo y comparte su copia de seguridad para que yo pueda tener la mía haciendo un solo clic? Las copias originales suelen tener esa curiosa capacidad de perderse, de desaparecer de mi colección, pero no tengo que preocuparme demasiado, porque siempre puedo disponer de mis copias de seguridad, que bajan como torrentes en cometas.)
(la calaverita es un guiño subliminal a MrJS).
I'm like a dog to get you
Lejos, una de las canciones más lindas de este año. De Goldfrapp, uno de los hallazgos de este año (gracias PM, gracias). Adictiva. Para sucumbir.
Y dijo Pitchfork del último disco: the prime-time flagship of glammy electroid dancefloor pop, curiously expensive-sounding and accessible to all, but strangely stripped of the functionalism of the dance record and the full thrills of pop.
Para envolver en papel de relago y dejar abajo del arbolito.
(No sé qué dice la ley argentina sobre estas cosas, pero hace un tiempo, cuando instalaba un programa para bajar música, actividad más que gratificante, apareció un disclaimer que explicaba por qué tenía sentido que exista ese programa, por qué no violaba ninguna ley sino que por el contrario, brindaba un servicio útil y necesario. Decía que la ley contempla la posibilidad, y el derecho, de los consumidores de música, de hacerse copias de seguridad de los discos, no sea cosa que... Entonces este programa, igual que todos los otros, igual que el hecho de que circule música por internet para poder bajarla, ayuda a los consumidores a poder bajar copias de seguridad de la música que tienen en sus discotecas, sin necesidad del engorroso trámite de tener que ponerse a copiar discos, cambiarlos de formato y demás burocracia. ¿Para qué voy a perder tiempo haciendo eso, si otra persona en algún lugar del mundo ya se tomó ese trabajo y comparte su copia de seguridad para que yo pueda tener la mía haciendo un solo clic? Las copias originales suelen tener esa curiosa capacidad de perderse, de desaparecer de mi colección, pero no tengo que preocuparme demasiado, porque siempre puedo disponer de mis copias de seguridad, que bajan como torrentes en cometas.)
(la calaverita es un guiño subliminal a MrJS).
Thursday, December 08, 2005
balalá
Hoy salí al palier para acompañar a L a tomarse el colectivo (él sólo tiene feriados americanos) y ví en la puerta del departamento B una estrella dorada. Horriblehermosa. Grandioso. Quién sabe, tal vez se están cagando a palos ahí adentro, o se odian y son infelices, pero como sea, no es asunto mío. Lo que sí es mío llega exactamente hasta la puerta, donde ahora hay una estrella dorada, más horrible que hermosa según mis estándares, pero grandiosa de todos modos. Es la navidad. Y me pone contento. ¿Que sentido tendría cuestionar eso? En algún momento debe haber tenido sentido hacer de la navidad un debate ideológico y estúpido, pero si funciona para que aparezcan lucecitas de colores por todos lados, es sencillamente fantástico. Lucecitas de colores. Por todos lados. Estoy perdido.
Cuando era chico (o adolescente; una etapa que, dijo Daniel Molina en una entrevista hace unos días, habría que prohibir por cruel, y fue una broma pero todos entendemos a qué se refiere) tenía que ir a Santa Fe a pasar nochebuena. Y lo odiaba. Y para colmo era contestatario, y agarraba la cámara de video para hacer el documental de la *verdadera* navidad, de todo lo que no aparece en las fotos que sacaba mi viejo, y me parecía coherente y lúcido... y eso me convertía a mí en el único ser despreciable esa noche. Porque había un montón de lucecitas de colores, y fuegos artificiales (que amo), y mi abuela estaba toda empirifollada, y yo le tendría que haber dicho que estaba hermosa (aunque sus peinados nunca se ajusten a mis estándares), porque estaba hermosa. Este año le voy a decir que está hermosa, y que me encanta cómo decoró su casa, y que es una muy buena idea armar el pecebre en el hogar para darle un uso en verano, y que su viteltoné es único. La odié siempre por ser de ultraderecha, por votar a Aldo Rico, por ser más reaccionaria que los militares, por ser odiosa, por bajar la voz para que no escuchen los vecinos, por llamarme guillermito (hasta el día de hoy), por mandarme giros para que haga terapia (ella que repudia a los sicólogos), por estar decepcionada porque no soy cura (y encima ateo, dios!). Pero este año me mandó una carta invitándome a pasar la navidad en su casa (le encanta enviar invitaciones formales por correo) y me escribió que desde ya Lucas está invitado también. Y me desarmó. Y seguro lo hace porque es correcto, y también podría odiarla por eso, pero se sentó, y escribió L-u-c-a-s en su carta, y me la mandó. Abu (yo le digo así) sos lo más. Igual que esta canción de Britney, My Only Wish.
Está por llegar mi vieja. Le dije que me daba fiaca salir, que me pase a visitar ella, a la hora de la merienda. Sí mamá, cuando salgas de gimnasio venite. Y voy a armar el arbolito (sacarlo de la bolsa, en realidad; es una miniatura de arbolito todo chiquito todo kistch todo lindo) y lo voy a enchufar para que se prendan y apaguen las lucecitas. Y me va a contar, lo sé, lo que me cuenta todos los años: que cuando yo era un bebé, antes de cumplir un año, y mi hermana no existía, y ella tenía que ir a Santa Fe, se escapaba de la casa de mi abuela (escaparse es el término exacto para ella, porque tenía 19 años, y a esa edad te escapás) conmigo en el cochecito, y paseaba por la peatonal y yo, que no podía hablar, o balbuceaba cosas, había inventado una palabra para "arbolito de navidad" que era algo así como balalá, y lo único que hacía era señalar a cada arbolito que nos cruzábamos y decir balalá.
Cuando era chico (o adolescente; una etapa que, dijo Daniel Molina en una entrevista hace unos días, habría que prohibir por cruel, y fue una broma pero todos entendemos a qué se refiere) tenía que ir a Santa Fe a pasar nochebuena. Y lo odiaba. Y para colmo era contestatario, y agarraba la cámara de video para hacer el documental de la *verdadera* navidad, de todo lo que no aparece en las fotos que sacaba mi viejo, y me parecía coherente y lúcido... y eso me convertía a mí en el único ser despreciable esa noche. Porque había un montón de lucecitas de colores, y fuegos artificiales (que amo), y mi abuela estaba toda empirifollada, y yo le tendría que haber dicho que estaba hermosa (aunque sus peinados nunca se ajusten a mis estándares), porque estaba hermosa. Este año le voy a decir que está hermosa, y que me encanta cómo decoró su casa, y que es una muy buena idea armar el pecebre en el hogar para darle un uso en verano, y que su viteltoné es único. La odié siempre por ser de ultraderecha, por votar a Aldo Rico, por ser más reaccionaria que los militares, por ser odiosa, por bajar la voz para que no escuchen los vecinos, por llamarme guillermito (hasta el día de hoy), por mandarme giros para que haga terapia (ella que repudia a los sicólogos), por estar decepcionada porque no soy cura (y encima ateo, dios!). Pero este año me mandó una carta invitándome a pasar la navidad en su casa (le encanta enviar invitaciones formales por correo) y me escribió que desde ya Lucas está invitado también. Y me desarmó. Y seguro lo hace porque es correcto, y también podría odiarla por eso, pero se sentó, y escribió L-u-c-a-s en su carta, y me la mandó. Abu (yo le digo así) sos lo más. Igual que esta canción de Britney, My Only Wish.
Está por llegar mi vieja. Le dije que me daba fiaca salir, que me pase a visitar ella, a la hora de la merienda. Sí mamá, cuando salgas de gimnasio venite. Y voy a armar el arbolito (sacarlo de la bolsa, en realidad; es una miniatura de arbolito todo chiquito todo kistch todo lindo) y lo voy a enchufar para que se prendan y apaguen las lucecitas. Y me va a contar, lo sé, lo que me cuenta todos los años: que cuando yo era un bebé, antes de cumplir un año, y mi hermana no existía, y ella tenía que ir a Santa Fe, se escapaba de la casa de mi abuela (escaparse es el término exacto para ella, porque tenía 19 años, y a esa edad te escapás) conmigo en el cochecito, y paseaba por la peatonal y yo, que no podía hablar, o balbuceaba cosas, había inventado una palabra para "arbolito de navidad" que era algo así como balalá, y lo único que hacía era señalar a cada arbolito que nos cruzábamos y decir balalá.
Sunday, December 04, 2005
embraceable
El domingo es el día más ñoño de la semana. Es además un día para celebrar la ñoñez (especialmente si está nublado como hoy). Para abandonarse y embriagarse de ñoñez. Para remolonear toda la mañana en la cama. Para caer en la cuenta de que *necesito* pijamas para para poder dejármelos todo el día. Para poner en random el complete song book de Ella Fitzgerald. Adoro los domingos bien domingos como hoy. Si fuese un día de la semana sería un domingo, un domingo a la tarde, porque nunca quiero que se termine. Y todo pasa así, despacito. Y se va yendo pero todavía no se fue. Las cosas, el cielo, la música, todo tiene como un fade que no hay que molestar. No me puedo cansar o aburrir de estar acá ahora, porque nada más es lindo. De la misma forma que dejo loopeando los temas que me gustan, dejaría loopeando este momento, toda esta tarde; y solamente por eso es linda. Pero no puedo hacer eso, y supongo que ella sabe y se divierte conmigo, y me dice que no sea tan tonto, que voy bien, que no le haga preguntas, que me quede ahí donde estoy, que haga eso, que me sonría, que suba el volumen y que baile, y tiene la voz de Ella y me dice anything goes.
Y para terminar este domingo ñoño, le dije a L que en vez de volver a casa, nos encontremos en Planet Movie porque tengo antojo de Generación X (un verdadero ñoñazo). Y L se reía de mí porque me tropezaba por la calle porque sí, estoy embriagado de domingo y borrachín de destornillarores que me preparé tan tan ricos.
Y agrego una memorable ñoño quote: There's no point to any of this. It's all just a... a random lottery of meaningless tragedy and a series of near escapes. So I take pleasure in the details. You know... a quarter-pounder with cheese, those are good, the sky about ten minutes before it starts to rain, the moment where your laughter becomes a cackle... and I sit back and I smoke my Camel Straights and I ride my own melt.
Y para terminar este domingo ñoño, le dije a L que en vez de volver a casa, nos encontremos en Planet Movie porque tengo antojo de Generación X (un verdadero ñoñazo). Y L se reía de mí porque me tropezaba por la calle porque sí, estoy embriagado de domingo y borrachín de destornillarores que me preparé tan tan ricos.
Y agrego una memorable ñoño quote: There's no point to any of this. It's all just a... a random lottery of meaningless tragedy and a series of near escapes. So I take pleasure in the details. You know... a quarter-pounder with cheese, those are good, the sky about ten minutes before it starts to rain, the moment where your laughter becomes a cackle... and I sit back and I smoke my Camel Straights and I ride my own melt.
Friday, December 02, 2005
welcome
Hola! esto es para la persona (quien quiera que haya sido) que llegó a este blog buscando corazoncitos dorins. Y me enojo con quien quiera que haya sido que tuvo la torcida idea de rediseñar la cajita.
(search.latam.msn.com/spresults.aspx?q=corazoncitos dorins&FORM=IE5)
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